viernes, 23 de mayo de 2014

EUROPA, ¡CUÁNTAS TONTERÍAS SE DICEN EN TU NOMBRE!




Encabezo esta entrada con una frase muy poco original. Una dama francesa, Madame Roland, cuando iba a ser decapitada dijo algo así como: Libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre. La frase hizo fortuna y se ha aplicado a cosas diversas y variadas. Es tan real que aterroriza y por eso se intenta maquillar el pasado e idealizar las revoluciones sangrientas y las injusticias de todo tipo, absurdas e inútiles, incluso aquellas que los libros de historia han ensalzado y reconvertido, que no han acabado, de milagro, con la especie humana.

Este domingo tenemos elecciones europeas. Acostumbra a ser ésta una convocatoria muy poco participativa. Se explica poco el funcionamiento real del tema europeo. Europa es a menudo el retiro cómodo para políticos jubilados, el aprendizaje para los monaguillos ambiciosos y poca cosa más. No quiero ser injusto, sé que hay gente, como en todas partes, que se toma en serio su tiempo europeo y hace lo que puede, que es poquito. No me gusta afirmar que todos los políticos son iguales, unos aprovechados y todo eso. En en el fondo no hay más políticos malos o mediocres que médicos o maestros malos o mediocres. Los políticos son nuestro reflejo, el espejo de nuestras miserias y de nuestras esperanzas, nos guste o no. Por eso se acuñó aquello, terriblemente injusto, de qué cada pueblo tiene el gobierno que se merece. Eso sirve para justificar injusticias perennes. Precisamente la frase se atribuye a un ilustre ilustrado hispánico hoy poco recordado, Jovellanos.

Europa, en la mitología, es esa doncella violada por Zeus en forma de toro, violada o seducida, según quién lo cuenta, como todo, vaya. Incluso en la iconografía parece complacerse doña Europa en acariciar los cuernos de su torito-dios, nadie le hace ascos a todo un dios, claro. En el fondo esa doncella hace lo que hacemos la mayoría, ser posibilista y adaptarse a su situación sacando el pequeño provecho que le ofrece quién manda de verdad, Zeus. Incluso accederá a cierto poder a través de un matrimonio de conveniencia porque Zeus seduce a muchas pero sólo se casa con una. 

Estos días los políticos nos venden mucho humo, Europa es eso o eso otro según quién nos lo cuenta. En Catalunya las cosas se complican mucho, hay que votar en clave porque así se leerán los resultados. Los candidatos que nos presentan los partidos para las gestas europeas no suelen ser nada del otro mundo, incluso a veces son absolutos desconocidos para la gente, como ha pasado con ese monaguillo del PSC, a quién, como decía mi madre, en su casa le hacen sopas. Por lo menos por estas tierras hay algo más de variación que en Sepharad, dónde el bipartidismo tiene pocas posibilidades de creatividad parlamentaria. Los debates sobre el tema son aburridos, pactados de antemano, poco incisivos, se dice lo que la gente quiere oir, a un lado, al otro y en el medio. Eso sí, se ha extendido la moda mediática de mantener a los candidatos de pie, no sé si esperando que el cansancio contribuya a hacerlos ir deprisita, porque ya se sabe que en teles y radios el tiempo es oro y la conversación seria y distendida, sin prisas, ya es una vulgaridad ancestral.

Encima, si no vas a votar te sientes culpable, todavía más en esos encuentros que motivan poco al personal. Europa tenía que ser una unidad política de categoría, un contrapeso al Tio Sam, una tierra de pueblos diversos y fraternidad elaborada cuidadosamente por encima de las tragedias antiguas, sin potencias fanfarronas ni patriotismos estatales recurrentes. Pero se ha convertido en un gran supermercado con ofertas puntuales pero con precios en alza para la gente corriente. Y aún así, mirando como está el mundo, estamos en un lugar privilegiado. Acabaré con la frase de un chiste antiguo que también hizo fortuna: Virgencita, que me quede como estoy. Y si viene Zeus en forma de toro feo que se conforme con un polvo rápido y me deje tranquila.


No hay comentarios: