viernes, 25 de febrero de 2011

Flores nórdicas y modas oportunistas






La novela histórica, así como la novela negra, son géneros que han tenido en estos últimos años una especie de resurrección mediática, cosa que ha propiciado que se publiquen a montones.

Me produce cierta curiosidad que cuando un tema se pone de moda se repite hasta la saciedad en novelas, obras de teatro, seriales televisivos y refritos diversos. Las dos versiones cinematográficas de Las amistades peligrosas, generaron también teatro y recuerdo cuando en Barcelona, en poco tiempo, tuvimos dos versiones del Lorenzaccio de Musset. Después, cuando se pasa la moda, todo parece olvidarse de nuevo hasta una próxima resurrección.

Los escándalos recientes con sacerdotes pederastas han propiciado que en seriales televisivos y novelas diversas sobre la postguerra surgiera un personaje con este problema y esta profesión y me temo que ahora tocará la cuestión de las adopciones ilegales, unos hechos trágicos del pasado reciente que han generado diferentes documentales en algunas cadenas, que, curiosamente, ya había detectado Lobatón en su programa y que incluso mereció hace muchos años reportajes en Interviú, sin que entonces nos moviésemos demasiado a favor de esclarecer el tema. Aunque ahora también parezca que determinados periodistas han descubierto las tramas.

Se puso de moda el tema de los Templarios y los Cátaros y se generó un gran exceso de novelones y libros supuestamente serios sobre la cuestión. También había muchos de más antiguos, que habían pasado de forma discreta por las librerías y que seguramente fueron utilitzados y consultados por los autores que consiguieron el éxito con ese tema en el momento adecuado. Y así ha pasado la época Camino de Santiago, la de los misterios bíblicos, la de los misterios ocultos en un cuadro emblemático del Renacimiento, la de los monasterios y sus secretos...

En un blog en catalán sobre historia publico cada sábado un enigma del pasado, puesto que me encanta la historia en general y participo en diferentes tertulias sobre esta materia. Muchas veces, como suele pasar, son los temas los que llegan a mi, sin buscarlos. Tropecé por internet con una noticia sobre la presentación de un libro de Espido Freire sobre una princesa antigua que pasó sin pena ni gloria por nuestro país: Cristina de Noruega. Su peso político fue prácticamente nulo, su vida, corta. Sin embargo, el hecho de que una chica de países tan lejanos llegase hasta nuestra península para casarse, en su caso con un hermano de Alfonso X el Sabio, resulta una curiosidad exótica, lo admito.

La publicación del libro ha ido acompañada de fotos y reseñas diversas. Pero resulta que sobre esta princesa ya se habían escrito muchas otras cosas, en concreto, en 2003, La flor de Noruega, de Juan Arroyo Conde, autor de otros libros de interés histórico, que se presentó en Covarrubias. En algunos foros literarios se ha alabado bastante el libro de Freire, que no conozco, así que el valor se le supone, aunque no la originalidad temática. Admito que tampoco conozco el libro de Arroyo, al que le supongo el mismo valor, además de preceder al de Planeta en algunos añitos y ser un autor más especializado en el género histórico. En uno de esos foros he encontrado unos comentarios de Arroyo Conde, mencionando su libro y manifestando con cierta ironía el ruido que se ha generado con la historia de nuestra princesa noruega. Arroyo Conde publicó su libro en una editorial más pequeña, por experiencia propia sé como cambia la difusión y como cuando los grandes grupos ocupan los medios poca cosa se puede hacer para intentar, por lo menos, existir. Incluso se vistió a Espido Freire de época para el evento...

Al menos se podía haber buscado un título menos parecido (La flor de Noruega/ La flor del norte). En algún foro incluso he leído comentarios maliciosos respondiendo a Arroyo Conde con cierto sarcasmo. En fin, cosas del contexto literario, de las modas, de las incondicionalidades y del panorama cultural. No me gusta demasiado la novela histórica, con algunas excepciones, porque creo que presenta grandes dificultades, no tanto de documentación cuanto de entrar a fondo en la mentalidad de otros tiempos. A menudo los personajes hablan y piensan como mujeres y hombres del presente. Pero incluso los historiadores serios caen en esa trampa inevitable y por eso se dice que cualquier libro de historia habla, más que del pasado, del presente y es, en definitiva, historia contemporánea. De todas manera me han cogido ganas de leer y comparar los dos libros. Un dato importante, el de Planeta es bastante más caro pero seguro que resulta mucho más fácil de encontrar en las librerías habituales...

viernes, 18 de febrero de 2011

La estrategia del agua y Mallorca en febrero


De viaje hacia Mallorca con el Imserso, privilegio actual de pensionistas modernos, desde Barcelona, compré en el aeropuerto esta novela de Lorenzo Silva, para mi uno de los autores españoles actuales con un registro más amplio y ambicioso. Pertenece a la serie de Chamorro y Bevilacqua, seguida por muchos lectores adictos a la novela negra o de misterio de la cual, en la actualidad, sufrimos un empacho excesivo.

No entraré en consideraciones literarias. Lorenzo Silva es un gran profesional, prolífico y trabajador, un lujo en un contexto de ambiciosos aficionados pero que en un país con cierta tendencia a la vagancia elitista se considera algo vulgar. Tiene una magnífica web en la cual recoge críticas positivas y negativas acerca de sus libros, que son diversos y, en bastantes casos, muy ambiciosos. Nada hay perfecto en este mundo, entre su producción e incluso dentro de una misma novela, habrá cosas que nos gusten más que otras. Sin embargo me sorprende la papanatería que rodea mucha novela actual llegada de lugares remotos y que es acogida con entusiasmos efervescentes de dudosa profundidad, mientras que Silva, respetado y leído, parece que es mirado con cierta indiferencia por parte de determinados sectores críticos y de público algo elitista. En fin...


Este libro se inspira en un caso real y su originalidad se basa en el hecho de que el malo es quién más lo parece. Es interesante la valoración que los personajes de la novela hacen de nuestra sociedad y de un sistema jurídico que, a base de querer proteger con exceso ciertos abusos, cae en otros igualmente injustos. Una vez leída la novela, con la cual pasé muy  buenos ratos, vi que en el hotel había unos estantes con novelas que, me imagino, dejaban los visitantes. Todas ellas estaban en inglés, en alemán. Imagino que en verano el público mayoritario es extranjero. Así que cuando la hube terminado dejé la de Silva en aquel lugar, era la única en castellano. Me alegró ver que había desaparecido a los pocos minutos. ¿Dónde estará?