domingo, 3 de septiembre de 2017

NIEBLA PERSISTENTE

Resultat d'imatges de lorenzo silva la niebla y la doncella

Tengo admiración por el escritor Lorenzo Silva, aunque he de decir que me parece superior cuando no se ciñe a las convenciones de la novela policíaca. Sin embargo, creo que los libros de Bevilacqua y Chamorro, aunque irregulares, tienen su atractivo. Puede ser, también, que esté yo ya algo cansada de crímenes y novela negra. Sin embargo, tenía curiosidad por ver La niebla y la doncella, libro que recordaba vagamente. Así que anteayer me fui al cine, a ver qué tal.

Creo que, hasta ahora, Silva  no ha tenido demasiada suerte con las adaptaciones de sus libros al cine o la televisión, pasa algo así con Vázquez Montalbán y su Carvalho. Pero esta última adaptación gana todos los premios a la confusión narrativa. No es culpa de los actores, que están bastante bien, aunque el sonido es confuso y cuando hablan, a veces, no se les entiende. Y conste que tengo debilidad por Gutiérrez, desde que era un chavalín y se paseaba por Poble Nou. Aura Garrido incluso recuerda a Naomi Watts, Verònica Echegui está guapísima y misteriosa y Roberto Álamo es el gran actorazo de siempre aunque parece que el papel no le cuadra del todo.

La niebla y la doncella es un libro complejo, que daria para una miniserie. La versión en cine ha cambiado muchas cosas de la historia original pero eso tampoco es lo peor sinó que, sencillamente, la historia no se entiende,  sobre todo de la mitad hasta el final. No se entienden las motivaciones de los personajes ni casi nada. Por lo que respecta a Bevilacqua y Chamorro, me convencieron mucho más Ingrid Rubio y Roberto Enríquez, lo mismo que me quedo con el Carvalho de aquel Tatuaje antiguo, Carlos Ballesteros. Puede que sea cosa de la edad, eso de recordar lo antiguo como mejor que lo actual, lo admito.


Resultat d'imatges de la niebla y la doncella
Una chica más o menos de la edad de mis hijos se me acercó a la salida del cine, perdone, ¿puedo preguntarle algo? ¿Usted ha entendido la película? Estaba preocupada porque se había quedado in albis, vaya, La consolé dicièndole que creía que la historia tenía un problema serio de guión, de dirección, le expliqué más o menos lo que yo había entendido sobre motivaciones criminales y resolución del caso y nos reímos mucho comentando el tema. Al llegar a mi casa leí bastantes reseñas sobre la película, todas coincidían, con diferentes matices, en lo fallido de esa historia, la peor adaptación de los libros de Silva, hasta ahora.

Una lástima, porque la película tiene una fotografía inquietante, con esa niebla del titulo, bonitos bosques y escenas logradas que se quedan en intentos fallidos de asustarnos. Pero no basta con eso, claro. En general, tanto los libros como las películas  o series de televisión del  género negro juegan con nosotros y nos confunden, pocos finales me han convencido hasta ahora, algunos son absurdos y rocambolescos, muchas veces nos ofrecen pistas falsas y luego dan un giro que no se sabe a qué viene. Admito que todo es un juego, aunque en ocasiones la realidad supere la ficción y la realidad no tenga porque ser verosímil. Hace unos días miraba por la tele No se lo digas a nadie, la adaptación francesa de una novela de Harlan Coben, un genio en eso de manipular al lector con cambios de rumbo de todo tipo y al final tenía toda la sensación de qué me habían estado tomando el pelo.

La novela negra ha entrado en una especie de laberinto extraño, cuesta mucho innovar y quizás no hay que innovar sinó, tan sólo, ser algo coherente. Sin embargo, el seguimiento que tienen muchos de esos autores que han visto el filón y tienen habilidad para escribir, me hace pensar que ya está bien así, si las cosas se venden. No quiero decir nombres pero tengo amigas que me alaban muchas de esas novelas de género que a mi me han parecido un rollazo, incluso viajan a los lugares descritos en esos libros. La violencia y el erotismo explícitos necesitan incrementarse para enganchar a la gente, la escritora Isabel-Clara Simó ironizaba en una ocasión con eso de enganchar. Escuchaba hace días a un editor comentar que leyendo las primeras páginas ya sabes si el libro vale o no. Bueno, lo que se puede saber es eso de si engancha. Si vale o si es bueno es harina de otro costal aunque hoy no se tenga demasiado en cuenta eso de la calidad literaria si algo vende.

En ese contexto de producción literaria con cadáveres y misterios Silva, un profesional de la literatura como la copa de un pino, me parece muy honesto, tanto como sus protagonistas, alejados de la  corrupción y la decadencia de tanto poli amargado de la vida. Quizás en ocasiones resulte algo discursivo, el escritor de ideas se come a veces al escritor de género, pero eso puede ser, incluso, una virtud. Me convenció poco, de todas maneras, el premio Planeta, el último de la serie protagonizada por esa pareja de guardia civiles que ya deberían casarse y formar una familia, me parece. Es lo que tiene eso de repetir protagonistas, o su vida privada tiene una progresión razonable o nadie parece madurar como debiera, en un contexto realista.

Creo que bastantes películas actuales, negras o no, fallan a causa del guión, algo no funciona. O se alargan demasiado o resultan confusas. La confusión puede ser buscada, intencionada, pero creo que no es el caso. Una lástima, ese exceso de niebla argumental, la verdad. La paradoja es que Koppel, el director, es un buen guionista, este es su debut en la dirección de un largometraje y él mismo ha admitido que la cosa ha resultado bastante más compleja de lo que se esperaba.

Ayer busqué el libro de Silva para darle un repasito y comprobar los cambios realizados en el argumento, algunos de incomprensibles. Sin embargo las adaptaciones de libros al cine, a la televisión, han de ser libres y comparar una cosa y la otra no es demasiado conveniente. Un libro ha de funcionar como libro y una película, como película.