miércoles, 19 de marzo de 2008

Desde poniente


Escribo des de Albarracín, bellísimo pueblo donde no había estado nunca, hasta ahora. Estaré aquí hasta el jueves. Se nos hace difícil prescindir del ordenador y hemos contratado un servicio telefónico que va algo lento y que a veces se come los comentarios que quiero colgar, por lo tanto, si no los contesto, es a causa de estos problemas, la técnica todavía no es perfecta.


Paseo a ritmo lento por algunos blogs y leo en el de Francisco Ortiz, En la aurora, una demanda de consejo sobre la publicación de una novela que cree que vale la pena y que no consigue editar de forma convencional. El acceso de mucha más gente a la cultura ha comportado que el número de personas que escriben de forma interesante haya aumentado bastante, cosa que parece saturar los mercados editoriales, empresas, al fin y al cabo, que quieren ganar dinero y a las cuales les cuesta arriesgarse.


A todo ello se añaden los muchos problemas de las pequeñas editoriales, que acostumbran a terminar tragadas por los grandes grupos y la frustración que comporta el hecho de que, incluso en el caso de conseguir editar alguna cosa, la difusión sea casi nula y al cabo de unos años te avisen de la descatalogación inevitable que condenará a las tinieblas los volúmenes no vendidos.


Estos problemas son frecuentes, incluso autores de supuesto renombre los padecen. Conseguir vender un libro no quiere decir fidelizar clientes, en nuestros humildes mercados nacionales. Cierto que en catalán hay menos competencia pero también menos mercado. Estamos en una época de excesos de producción en casi todo. La lástima es que probablemente muchos textos importantes pasaran sin pena ni gloria y no tendrán ni tan sólo la menor oportunidad de flotar en este mar de papel impreso.


Actualmente, con un poco de ahorro, es, incluso posible autoeditarse. Creo que si hace ilusión ver el libro en papel debe hacerse, del mismo modo que gastamos dinero en viajes o caprichos que nos apetecen, aunque los paguemos a plazos. Yo todavía no lo he hecho pero, evidentemente, no descarto el tema. Podremos colocar algunos libros a amigos y conocidos, pero, a no ser que tengamos relaciones en periódicos o televisiones, poca cosa más. Como hay tanta gente que escribe, pedir a alguien aquel también escribe que promocione nuestro libro comporta suponer al prójimo un alto grado de generosidad pero todos somos humanos y cada cual tiene trabajo para promocionar lo suyo.


Sorprende, e incluso molesta, cuando ves que se venden como el agua libros que consideramos mediocres o malos, aunque todo es relativo, lo admito, promocionados de forma adecuada. Pero hay grandes promociones que no consiguen el éxito esperado y también, al contrario, éxitos inesperados que a veces hacen morir de éxito a base de repetir la fórmula triunfante. Más allá de los escritores mediáticos, en todo ello juega también la suerte, la oportunidad, el azar. No es un problema actual, éste, sinó que autores que hoy admiramos no consiguieron publicar casi nada y han pasado al olvido del presente autores que en sus tiempos fueron famosos y populares.

Cuando publicas un primer libro piensas, de forma ingenua, que todo funcionará. Nada de eso. Incluso a veces perjudica, no haberlo vendido bien. Hace más de diez años, cuando publiqué el primero, de entrada ya me pagaron un dinero a cuenta de los derechos de autor, al margen de las ventas. Las editoriales pequeñas no pueden, hoy, permitirse ni eso, y aún gracias que te publiquen. Hay quien dice que lo importante es escribir, publiques o no, pero más allá de algunos misántropos intelectuales, creo que a la mayoría de gente nos gusta dar a conocer lo que hacemos, compartirlo. Y también ver lo escrito en la forma tradicional y convencional de libro con cubierta e índice, aunque, quien sabe, puede que ese soporte tenga los días contados, también.


Los blogs han dado salida a muchas ansias grafómanas, literarias, periodísticas. Creo que ha sido un gran invente, este, porque por muchas tonterías que podamos encontrar, también tropezamos a menudo con perlas naturales o cultivadas. Respecto a la literatura, son un medio de difusión importante de libros y artículos. Escribir lo que quieres y cuando quieres, darle una cierta, aunque relativa publicidad, me parece muy importante. Por eso han salido también los detractores inevitables que muchas veces, en el fondo, tienen miedo de perder la tiendecita del mercadillo, mercadillo del cual regresamos muchas veces desencantados.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Relaciones privadas y sueños colectivos





Creo que era el cantante Pi de la Serra quien contaba como, en una ocasión, un joven airado lo esperó a la salida de un concierto para ir juntos a hacer la revolución, ya que una de las canciones de su repertorio era una llamada a la lucha. El cantante parece que desde entonces tuvo más en cuenta los contenidos políticos y poéticos de sus composiciones.

Hay cosas que quedan muy bien en teoría. En una película francesa algo aburrida, con Sergio López y Nathalie Baye, Una relación privada, la chica parece que quiere realizar una fantasía sexual que nunca se aclara y que creo que es como el contenido de la caja del chino en Belle de Jour, una tomadura de pelo para elucubrar intelectualmente en el cinefórum. El caso es que pone un anuncio en el periódico y se encuentra con nuestro catalán universal, con el cual no se sabe del todo qué hacen, hasta que se enamoran y todo se estropea. La protagonista, en una ocasión, explica a una amiga que aquella fantasía se podía realizar pero que hay otras que no, y pone un ejemplo: una puede tener la fantasía de ser violada por cuatro camioneros sudorosos, pero, en realidad, claro está, no la quiere hacer realidad, ni mucho menos.

Y es que hay cosas que quedan bien a nivel oral, pero que la gente en realidad las dice para quedar bien, hacerse el anticonvencional y alternativo, incluso para provocar al personal, pero sin ninguna intención de trasladarlas del escenario virtual al cotidiano. Una vez, Espinás, en una de sus columnas, hablaba sobre el tema, ya que un actor, creo que Imanol Arias, había manifestado que su ideal era tener una granja de cerditos. Pues, comentaba Espinàs, por qué no la tenía? Cabía pensar que no le sería tan difícil conseguir esta posibilidad ganadera, al señor Arias. Pues, porque en realidad, no quería criar cerdos. Hay cosas que podríamos hacer, decimos que las querríamos hacer, pero, que, en realidad, no las pensamos hacer de ninguna manera.


De tants cosas como manifestamos de forma más o menos entusiasta en tertulias y debates caseros, hay un lote considerable de ellas que, afortunadamente, se quedan en el etéreo mundo de las intenciones nebulosas, ya que muchas grandes ideas, cuando se han querido realizar, de grado o a la fuerza, han conducido a grandes desastres colectivos, aunque, como dijo alguien, una página de un libro de historia puede salvar la derrota más vergonzosa y la tragedia más terrible. Yo diría que uno de estos temas es la independencia catalana y su posible consecución. Se puede derramar mucha tinta sobre la caída en votos de esquerra, pero creo que uno de los motivos, en el que nadie quiere entrar, ha sido la realista moderación del votante anónimo. Mientras la cosa flotaba entre los imposibles, incluso era bonito pensar sobre ello, pero cuando ha habido una posibilidad, aún muy remota, de mover ficha, las cosas han vuelto para atrás, eso es, a los remansos socialistas y convergentes más convencionales y prudentes. Todo aquello de de volem, volem, volem, volem independència, volem, volem, volem, països catalans, era bonito y reivindicativo pero no respondía a ningún programa concreto consensuado por la mayoría, me parece. Otro tema es el comunismo, mucha gente que se autodefine como comunista convencida, en la práctica, en su vida cotidiana actua de forma bien distinta a los supuestos ideales igualitarios que predica. La autocrítica sobre el tema brilla por su ausencia, pero el hecho es que los partidos con ese ideario, incluso contando con los esfuerzos que han hecho para enfriar sus dogmas, van de capa caída, cuando, si hiciésemos caso de las proclamas individuales, habría que contar con un alud de seguidores decididos a hacer un mundo mejor, caiga quien caiga. Incluso en los primeros tiempos democráticos, el éxito de esos partidos no respondió a la previsible acogida en las urnas que parecían predecir aquellas grandes mobilizaciones pretéritas.

A pesar de que todos decimos que respetamos la opinión de los demás, al menos una gran parte de personas se expresan así, paseando por internet percibo que existe mucha pontificación por parte de los que han visto la luz y se dan cuenta de cuán equivocados estamos los demás. Somos insensibles, no tenemos criterio, dejamos que ‘españa’ nos explote, esquile y afeite, y muchas cosas más. Vale más callar, en las reuniones de amigos, pues, con alguna excepción, todos estos y estas que lo tienen tan claro te pueden mirar mal, y amistades que generaban grandes satisfacciones tertulianas en horas de ocio, se pueden agrietar a causa de un mal entendido político, que ya me explicaban en mi casa que pasaba, incluso entre parientes, en tiempos de la República. Y todos aquellos que nos quieren salvar y convertir me dan más miedo que el granizo.

Hay muchos incondicionales, convertidos y dogmáticos, todos tenemos manías, claro. El hecho es que muchas cosas que dependen, tan sólo, de ‘nosaltres, els catalans’ no veo que tampoco vayan como haría falta. Y como en religión, prefiero que no haya dios, que no tener que pensar que alguien en quien tenía tanta esperanza me las está haciendo pasar canutas, la verdad.

jueves, 6 de marzo de 2008

Antología cebollera


Ayer, desde diferentes puntos de vista, leí en los mares y bosques de mis bloguerías matutinas reflexiones profundas sobre la cebolla y su simbología. La cebolla siempre ha tenido un gran contenido simbólico, pero su contenido alimenticio es relativo, a pesar de que en épocas de escasez ha sido una gran a yuda.

La cebolla tiene fuertes raíces, por eso somos o no ‘de la ceba’ o nos volvemos poco flexibles cuando tenim una ceba al cap, presenta capas distintas, como los humanos, aunque yo diría que más que capas formamos una especie de extraña mescolanza de aspectos diversos y contradictorios, no tan fáciles de separar como aquellos velos de Salomé del producto hortícola. La cebolla produce llanto, pero las lágrimas de cebolla son, de hecho, una especie de lágrimas de cocodrilo. Alimento habitual de épocas de hambre, complemento de ensaladas, con poderes extraños (la ceba crua fa alçar la cua), incluso anticancerígena, como escribía el doctor Capó, propiedad que comparte con su habitual compañero, el ajo, y muchas cosas más, la cebolla, de velos finos, de colores diversos, es una joya gastronómica. A mi, cruda no me gusta, la verdad, y su olor fuerte me molesta, pero no por eso la criticaré.

La ceba pel mati és or, al migdia, plata i al vespre, mata.
Qui no té un all, té una ceba.


Jo de la ceba no en sóc,
Ni tinc sòlides arrels,
Però admiro els seus nobles tels,
L’escalivo a poc a poc,
I la menjo sofregida,
I la poso a l’amanida,
I sempre en tinc, en estoc.

Va bé per al constipat,
Contra el càncer, la migranya,
També la mengen a Espanya,
En rostit o en estofat,I
apariada amb la xixina,
Àdhuc sense barretina,
Me’n plau un bon confitat...

Aspàsia Fustagueres (fragmento)
La vida m'embolcalla,
adés alegre, adés esquiva,
com aquests suaus tels de ceba,
despullats dels seus
vestits fràgils d'aram,
rosats, blavosos lila
olorosos i tendres que,
ara, dreta a la cuina,
amb el ganivet tallar
gairebé no goso.
Montserrat Abelló
Cebolla,luminosa redoma,
pétalo a pétalo
se formó tu hermosura,
escamas de cristal te acrecentaron
y en el secreto de la tierra oscura
se redondeó tu vientre de rocío.

Pablo Neruda (fragmento)
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

Miguel Hernández (fragmento)

Una existència no-contradictòria,
una obra reeixida, la ceba.
Dintre seu, simplement
una altrade mes petita
continguda en la mes gran,i
en la següent, la subsegüent,
és a dir, una tercera i una quarta.
Una fuga cap endins, cap al moll.
Un eco que s’arranja i forma un cor.
Wislawa Szymborska (fragmento)

Esta pequeña antología, tan solo, improvisando. Sobre el tema, se podría editar una enciclopedia. Viva la cebolla, pues, y, si puede ser, que la encontremos en buena compañía! Y que sus raíces no nos estropeen la necesaria flexibilidad vital!I