sábado, 25 de marzo de 2017

LA DAMA DEL VATICANO

Resultat d'imatges de PALOMA GOMEZ BORRERO

Me ha sabido mal la muerte de Paloma Gómez Borrero, aunque jamás la conocí personalmente. Durante mi juventud, cuando la periodista nos ofrecía informaciones entusiastas desde el Vaticano, ironizamos mucho sobre ella. El Vaticano y su entorno, el catolicismo oficial y todo eso nos parecían banalidades resistentes, a extinguir. El inefable Calviño y su renovación del medio acabó con la tarea de Gómez Borrero pero continuó trabajando en la radio y en cadenas privadas. A Calviño le sucedió Pilar Miró, sin duda ambos tuvieron aciertos pero en aquellas coladas perdimos muchas sábanas y si bien el medio se renovó y hoy quizás añoremos aquellas renovaciones también perdimos en el fuego muchas cosas que quizás recuperamos, en parte, en las cenizas, aunque ya no son las mismas, ni ellas, ni nosotros. 

La historia de la tele, de las teles, de sus canales, de sus personajes, de sus programas, merece una gran atención y una asignatura especializada en las facultades de periodismo, quizás ya exista, no lo sé. Pero lo dudo cuando percibo la gran ignorancia sobre ese tema y tantos otros de los recién licenciados en esa carrera. También pasa en otras, claro. Se cuenta lo que conviene y se oculta o silencia lo que no responde a las consignas o los dogmas del momento, què hi farem.
Resultat d'imatges de amigas y conocidas
A pesar de su especialización informativa católica creo que Paloma Gómez Borrero caía bien a la gente, incluso a los agnósticos o ateos, como yo misma. Tenía un rostro amable, de señora de clase media alta inteligente y poco beligerante, bondadosa y comprensiva. Creo que en ello pesaba la percepción de su gran cultura, de la cual no alardeaba sino que, simplemente, se le notaba. Cuando se le hacía alguna entrevista en profundidad afloraba ese poso cultural ecléctico y tolerante.

Confieso sin complejos que a veces, cuando estoy en casa, esperando que acabe de hervir el puchero, me miró el programa Amigas y conocidas. Ese programa es una curiosidad de nuestro tiempo a tener en cuenta. Puede parecer un programa de peluquería, unas cuantas damas diversas en edad, ideología, aspecto físico, debaten sobre todo tipo de temas, hablando a menudo todas a la vez e intentando que las fricciones, en ocasiones inevitables, no deriven en conflicto. Una habitual del programa era Paloma Gómez Borrero, jamás se enojaba, creo que producía en el resto una especie de efecto pacificador. Amigas y conocidas puede parecer un programa frívolo pero tiene aspectos de los cuales deberían aprender esos sesudos y tontos debates políticos con los cuales nos machacan por todas partes.

Paloma Gómez Borrero era elegante sin estridencias, toda una señora, pero también parecia cercana, esa vecina de enfrente, bien situada, a la cual no dudaríamos en pedir un favor. Parecía que tenía vida para años a pesar de su salud, fràgil en muchos aspectos, y sin embargo, de forma rápida y casi imprevista, ha desaparecido. Si hay cielo, no cabe duda de qué debe estar por allí. En el programa tambien interviene otro mito de mi juventud, Cristina Almeida. Como suele suceder en los encuentros con amigas, entre mujeres, se evitan los aspectos de la actualidad demasiado conflictivos. La presentadora tiene una gran habilidad para cambiar de tema cuando la cosa se desborda. Es un programa para pasar el rato, he leído que se inspira, como casi todo, en un programa americano de éxito. Ha habido sus más y sus menos, como la desaparición de Loles León a causa  de su excesiva y manifiesta heterodoxia. Una lástima.

Con la desaparición de esos personajes que formaron parte de nuestra infancia televisiva, de nuestra juventud protestona, de nuestra madurez decepcionada y casi, casi, de nuestra plácida vejez, muere algo de nosotros, de nosotras. Descanse en paz la admirada periodista y si en el más allá hay televisión, allí nos encontraremos.


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