domingo, 4 de julio de 2010

Divagaciones líricas

Diversos són els homes i diverses les parles,
i han convingut molts noms a un sol amor.


La vella i fràgil plata esdevé tarda
parada en la claror damunt els camps.
La terra, amb paranys de mil fines orelles,
ha captivat els ocells de les cançons de l’aire.


Sí, comprèn-la i fes-la teva, també,
des de les oliveres,
l’alta i senzilla veritat de la presa veu del vent:
«Diverses són les parles i diversos els homes,
i convindran molts noms a un sol amor.»


Salvador Espriu



Una frase famosa y repetida hasta la saciedad de Golpes Bajos, (deberíamos pagar un canon cada vez que la utilitzamos), dúo de vida breve pero intensa, afirmaba que eran malos tiempos para la lírica. Yo diría, en cambio, que son buenos tiempos para la lírica los nuestros, ya que la política, su ética y su estética nos están dando muchos disgustos. De un panorama excitante, el de la transición, en el cual todo parecía posible, hemos pasado a una época de mal rollo generalizado, corruptelas de todo tipo y desconfianza total hacia casi todo.

Procuro no tocar temas políticos ni religiosos en mis blogs, aunque a veces resulta inevitable opinar. Mis paseos por blogs cercanos o lejanos me hacen tropezar con proclamas encendidas de todo tipo y con afirmaciones diversas sobre historia, derechos, deberes y el resto, que no aguantan ningún análisis un poco serio. ¿A quién le importa la historia seria? A casi nadie, porque la historia sólo tiene interés cuando sirve para justificar y fundamentar nuestras creencias más viscerales y en el pasado siempre encontramos aquello que nos interesa, de la misma manera que una misma frase puede ilustrar convicciones divergentes, como aquel famoso venceréis pero no convenceréis de Unamuno, o aquella otra que hacía afirmar a un vecino demasiado curioso que nada humano le era ajeno. Las naciones no son nada más que convenciones abstractas y políticas, las lenguas nacionales (e incluso los mal llamados dialectos), cuando quieren representar algo más abstracto que la posibilidad de comunicarnos y entendernos, se vuelven un arma peligrosa. De las religiones, mejor no hablar.

La transición se pactó como se pudo, la gente joven no entiende cómo se hizo tan mal. Sin embargo durante algún tiempo nos pareció que se hacía bastante bien y mirando hacia atrás con ira o sin ella, el país o la suma de naciones donde nos movemos no podemos dejar de admitir que, pese a todo, hemos mejorado. Sin embargo el estado multinacional hispánico se convirtió en un rompecabezas extraño y poco cohesionado. La escuela, tan reivindicada, no recogió el reto de hacernos sentir a todos parte de una totalidad, el centralismo jacobino continuo disfrutando de buena salud y los fantasmas del pasado, aunque dormidos, no acabaron nunca de descansar en paz.

Leo por ahí escritos de ideología diversa en periódicos y blogs que no puedo tomarme en serio porque me pondría de mal humor. Sé que, posiblemente, con las personas concretas que los han escrito sería capaz de entenderme y que una cosa son las ideas encendida y la otra la vida cotidiana y las relaciones humanas. Mis padres sabía qué frágil era la paz y como se llegaba fácilmente al desastre, no sólo en un contexto nacional, sinó en contextos más familiares, el propio pueblo, el propio barrio. También sabían que una cosa es lo que se dice y la otra lo que se hace, la guerra y la postguerra mostraron la humanidad de los buenos y la perversión de los oportunistas y chaqueteros de forma descarnada. Aunque después, los libros de historia, ya se redactan según conviene al vencedor o al discurso de moda.

Por eso creo que es una buena época para la lírica, que mira hacia el interior de las personas y presciende, en cierta manera, de la épica patriótica del color que sea. Es en el mundo interior en el cual, todavía, podemos encontrar lo que nos une por encima de todo, el alma humana, en definitiva, universal y más o menos igual en todas partes.

3 comentarios:

Júlia dijo...

Sin cortinas, no sé qué opinas.

Jobove - Reus dijo...

donant una ullada el teu blog
una abraçada des de Reus

Júlia dijo...

Contenta de veure't per aquí 'Te la mà...'