sábado, 20 de noviembre de 2010

Castellet, el realismo histórico y el idealismo intemporal




Josep Maria Castellet ha recibido el Premio Nacional de las Letras Españolas, un premio merecido por su larga, provechosa y admirable labor de crítico, editor y muchas cosas más. Castellet es hoy un sabio anciano, aunque parece que en el presente llamar a alguien anciano o viejo es un insulto cuando en otro tiempo resultaba un honor, pero fue también uno de nuestros jóvenes airados. Él y sus seguidores intelectuales sentaron cátedra, como se suele decir, y quizá también marginaron a otros sectores, durante una época brillante intelectualmente de la cual, me temo, los jóvenes airados de hoy saben poca cosa. El realismo histórico fue casi, casi, un dogma intelectual durante mucho tiempo.

Escribió, bien y mucho, sobre literatura catalana y castellana, en unos tiempos difíciles en los cuales los puentes de entendimiento entre ambas culturas parecían más transitables que en el presente. Imagino que eso hoy no sienta demasiado bien a tantos partidarios de convertir los puentes en muros impracticables e impermeables. En todo caso, maravilla pensar en el peso intelectual de Castellet y tantos otros en una época difícil, que mucha gente querría presentar como un páramo intelectual, cuando en realidad produce una sana envidia comprobar la altura cualitativa de una gran parte de lo que se hizo y editó, a pesar de todo.

Cierto que en aquellos tiempos la cultura de calidad, ligada a las universidades, era minoritaria y elitista y masificar la educación, como se hizo, abriendo las escuelas y universidades a las mayorías, comporta ciertas renuncias inevitables pero necesarias. Todo estaba por hacer, ni tan sólo sabíamos si se podría hacer algo, políticament hablando, y después de las euforias vinieron los desencantos del presente. Pero la vida, en todos sus aspectos, siempre confronta la realidad con nuestros sueños, sobre todo juveniles, en los cuáles, como en aquella proclama del mayo francés, somos capaces de exclamar convencidos: seamos realistas, exijamos lo imposible. Un poco de realismo històrico recuperado en este otoño electoral tan frustrante, quizá nos vendrá muy bien.

2 comentarios:

Allau dijo...

Júlia, un comentari molt refrescant!

Júlia dijo...

Gràcies, Allau! M'estranya fins i tot que tan poca gent dels blogs per on passejo havi parlat de Castellet, que va marcar tota una època literària. Potser és que ell i també jo ja som 'del passat'.