domingo, 13 de mayo de 2018

CAMUS, DE NUEVO

Resultat d'imatges de CAMUS SARTRE TANASE BIOGRAFIA

Se ha publicado esta primavera la biografía de Albert Camus escrita por Virgil Tanase, un intelectual de origen rumano establecido en Francia por motivos políticos. Sobre el escritor se ha publicado mucho, esta biografía quizás no sea la mejor. Aunque las comparaciones son odiosas parece que la supera la de Olivier Todd, publicada a finales de los noventa. La de Tanase no es actual, se publicó en Francia en 2010. Tiene su encanto, incide en el hombre, más allá del escritor y el paso del tiempo contribuye a que Camus y sus contemporáneos se nos presenten con una perspectiva más amplia y actual.

En aquel año se cumplían cincuenta de la muerte de Camus y yo también escribí sobre él. Los blogs estaban en movimiento y en auge. Hoy han perdido importancia. Hemos quedado por aquí algunos incombustibles, no sé qué habrá sido de personas que me comentaban cosas diversas, como el escritor Francisco Ortiz y tantos otros. La importancia de Camus, más allá de su obra, viene dada por su enfrentamiento a unos y otros, no es fácil defender unas ideas sin que los de la parte contraria te adscriban a las suyas.

El tiempo ha dado la razón, en muchos aspectos, a Camus. Incluso predijo la llegada masiva de la emigración procedente de países pobres. Sartre cada día me parece más lejano, sobre todo por su postura ante cosas como el estalinismo. Él, Beauvoir y su corte celestial se metieron a fondo con Camus, mirado en perspectiva todo era cuestión de vulgares celos personales, sin embargo eso no significa que no haya que leer a Sartre o a Beauvoir, cada cosa en su lugar.

Tanase, el biógrafo, ha manifestado en alguna entrevista que la obra de los escritores suele dar una versión purificada de cómo eran y que para saber más cosas hay que recurrir a la documentación personal. O a una buena biografía, como es el caso. El tiempo ha dado la razón en muchos aspectos, a Camus, però cuando vivía le amargaron bastante la vida, es lo que tienen las élites culturales, que se mueven por intereses diversos, no siempre honrados ni objetivos.

Tanase incide mucho en la humanidad del personaje pero no oculta sus sombras, esa afición desmedida a las mujeres, por ejemplo, con las cuales parece que tenía mucho éxito. Su esposa, Francine Faure, lo pasó bastante mal. Y eso que era hermosa, inteligente, matemática, pianista especializada en Bach. En este presente más favorable a las reivindicaciones feministas te preguntas cómo aguantó a su marido, la verdad. Muchas mujeres de peso vivieron a la sombra de sus maridos, de sus amantes. María Teresa León, sin ir más lejos. 

Camus no era guapo, sin embargo resultaba atractivo para las damas, incluso cuando no era famoso. No sólo escribió y dirigió teatro, también hizo de actor en alguna ocasión y hay algo de teatral en esas fotos en las cuales sale favorecido. En un artículo escritor por un periodista francés, hace años, se decía, en broma, que era un cruce entre Bogart y Fernandel, la verdad es que la irónica comparación es bastante precisa.

Se ha magnificado la relación de Camus con María Casares pero lo cierto es que parece que cuando murió se había citado con tres damas, a horas distintas. No era capaz de ser fiel a nadie y se sentía culpable por ello. No fue una persona demasiado feliz, tenía mala salud, una tuberculosis recurrente, bastante grave. Puede que eso explique su vida intensa y activa, fumador, bebedor, mujeriego, noctámbulo... La sombra de la muerte produce en ocasiones está afición a vivir la vida a tope.

El teatro de Camus ha ocultado en ocasiones su obra narrativa, sus ensayos. La temporada pasada tuvimos en Barcelona un buen Calígula. La versión de El malentendido, con Cayetana Guillén-Cuervo y Julieta Serrano no se ha representado en mi ciudad, tengo la esperanza de qué podamos verla en algún momento. Fernando Guillén le aconsejó a su hija en muchas ocasiones que la representase, él y Gema Cuervo la llevaron a los escenarios en 1969. También nos ofrecieron versiones de obras de Sartre, como A puerta cerrada. De El malentendido se puede ver online una versión de Estudio 1, de mediados de los setenta, con otros actores, como Nuria Torray. Se hizo muy buen teatro en aquellos años de entusiasmos colectivos, en catalán, en castellano, en vivo y por la tele.

Camus vivió una infancia muy pobre, pero relativamente feliz. Su mundo se perdió definitivamente con las guerras coloniales, violentas y lamentables. Su abuela era menorquina, una Sintes. El maestro de la escuela elemental se dio cuenta de su inteligencia y movió Roma con Santiago para que pudiese estudiar. Camus lo recordó en la concesión del Nobel. El maestro no sólo tuvo que buscar ayudas y becas sino convencer a la familia, sobre todo a la abuela que era quién mandaba, de que el chico tenía que estudiar. No es un tema fácil. Hoy puede parecer aquella una mentalidad remota pero me he encontrado con casos así en la escuela, familias que lo que quieren es que los hijos e hijas trabajen pronto y ayuden en casa. Lo demás les parecen lujos. 

Un primo mío, bastante mayor que yo, murió hace poco tiempo, no tuvo tanta suerte. A pesar del interés del maestro su padre no quiso saber nada sobre la posibilidad de estudiar o solicitar ayudas, lo quería en el campo, trabajando con él. Camus se sintió algo marginado entre los otros estudiantes, en la secundaria. Eran tiempos, no tan lejanos, en qué estudiaban cuatro gatos, la mayoría, hombres de casa pudiente. Hoy, en este tema, hemos mejorado mucho. Hay que contemplar las cosas en perspectiva para comprobar las mejoras colectivas evidentes.

Estos días, a veces, pienso en Camus, porque la situación catalana parece polarizarse y según qué comentas, a unos y a otros, te expones a muchos malentendidos. Afortunadamente, la vida sigue y la mayoría de personas son razonables y si un tema es espinosos se deja de lado durante un tiempo. Mi padre tenía muchos hermanos, entre las hijas del mayor, el hereu, hubo un problema grave a causa de la herencia, cosa que dividió a una gran parte de la familia. Mi padre y algunos otros no tomaron partido por nadie pero los hechos crearon una situación incómoda, durante años le incomodaba volver a su pueblo de visita. Pasaron los años, los descendientes de los antiguos enemigos tienen hoy buenas relaciones. No siempre sucede así, en los pueblos pequeños las rencillas duran generaciones, todavía hoy. 

Camus era un buen hombre, al margen de eso de las mujeres, claro. Intentaba ser honrado consigo mismo, con sus propias opiniones. Recibió abucheos, críticas absurdas y excesivas, también recibió el Nobel, aunque era muy joven. Me imagino la rabia que debió hacerle a Sartre, que tardaría unos años en conseguirlo. El Nobel es un premio como tantos otros, con los años pones los mitos en su sitio. Los premios grandes, y a veces, los pequeños, están condicionados por cosas como relaciones, promoción, política. Para qué no se lo diesen a Pérez Galdós los escritores de la época hicieron de todo, incluso una cena colectiva de protesta. 

Para que no se lo diesen a Guimerá, lo mismo, con el agravante de que era catalán, claro. Se hizo un apaño, se concedió a Mistral, compartido con Echegaray. La lengua provenzal, en el país vecino, está mucho más olvidada y maltratada que el catalán pero el estado francés tiene una política cultural más ecléctica y razonable. Echegaray ha sido muy criticado pero tuvo grandes éxitos teatrales en su tiempo, fue un gran médico, un gran personaje, una buena persona, muy amigo de Guimerá, a quién tradujo al castellano. Las versiones en castellano en muchas ocasiones se estrenaron antes que no las catalanas. 

El mundo es complejo y las relaciones humanas tienen muchos matices aunque con el tiempo todo se quiera reducir a tópicos, dogmas y manuales escolares. Por cierto, en Francia hay quién se queja de que el legado de Camus se ha reducido a eso de los manuales. Continúa siendo un personaje que incomoda a determinados sectores. También por aquí. Fue crítico con el comunismo, en el que duró poco. Aquí, además, confundimos antifranquismo con democracia y eso todavía pesa.

Sus frases se han sacado a menudo de contexto, como eso de la justicia y la madre. Camus amó mucho a su madre, analfabeta y casi sordomuda pero una persona excelente y buena como el pan. En realidad dijo eso al criticar la violencia defensiva de los explotados, la violencia indiscriminada que provoca el terrorismo. Su madre podía ser víctima de una bomba tirada por alguien que tenía razones justas para protestar pero entre esa justicia y su madre elegía la vida de su madre. Ese dilema está presente en muchos textos del escritor. 

La violencia terrorista se ha justificado con eso de la violencia de estado, es algo recurrente defender posturas difíciles poniendo en evidencia la maldad de la otra parte. Pero hacer un mal para contrarrestar un mal no suele funcionar. Aunque, claro, después viene la mitificación de la historia, la mística de la revolución y todo eso. Y todo eso, por desgracia, tiene un gran atractivo cuando eres joven y quieres creer que el mundo puede cambiar de forma rápida si nos sacrificamos y luchamos por ello.

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