lunes, 21 de mayo de 2018

LAS CASAS DE LOS FAMOSOS DE IZQUIERDAS



Resultat d'imatges de chalet de iglesias y montero


Esa historia de la casita de Iglesias y Montero me pilla en plena lectura de un libro imprescindible en l'actualidad, La revolución divertida, de Ramón González Férriz (Debate, 2012). En la introducción el autor escribe:


Parece inevitable que toda persona de izquierdas que guste del poder -no sólo político, sino también periodístico, editorial o artístico- tenga que responder en un momento u otro de su vida a la pregunta de cómo conjuga sus ideas políticas radicales con su confort personal.

La incoherencia vital no se da sólo en gente de izquierdas, la misma religión cristiana predica, en teoría, pobreza y austeridad y la realidad, con pocas excepciones, ha sido otra cosa durante siglos. Jordi Pujol se supone que era de derechas -hoy los límites entre derecha e izquierda, más allá de los extremos radicales, son difusos- pero predicaba valores. Por eso sus pecados económicos nos han herido más que los de otros políticos.
Resultat d'imatges de la revolución divertida
Un piso en mi barrio, Poble-sec, un barrio más bien modesto y trabajador de Barcelona, con una terraza, de nueva construcción, se va a los cuatrocientos mil euros, si es un ático puede llegar a un precio más alto que la casita de la pareja, con eso de la gentrificación y el turismo desbordado. Me imagino que en Madrid deben ir las cosas más o menos como en Barcelona, por lo que respecta al precio de los pisos. Si esa parejita emblemática en espera de mellizos se hubises comprado un buen pisito en un barrio medio madrileño posiblemente no habría levantado la inversión tanta polvareda. Pero, ay, un chalet tiene un valor añadido, claro.

Una cosa es comprar y otra, heredar. Hace algún tiempo se metieron con Benet Salellas, de la CUP, porque tenía varias casas y, como suele suceder, el chico se molestó, su familia las había conseguido con el sudor de su frente. Un repaso por el patrimonio inmobiliario de derecha e izquierda nos produciría algunas sorpresas. En el programa El convidat, de TV3, pudimos ver cómo vivían de bien algunos personajes progres pero nada pareció digno de protestas condenatorias. Si la casa es del patrimonio heredado no inquieta tanto como cuando se compra en directo. Por eso Pujol se excusó con qué el dinero venía de la herencia de su padre, vaya.

Hay algo que nos molesta mucho a la gente y nos hace poner a la defensiva, es cuando se nos enfrenta con nuestras propias contradicciones. Eso atañe, sobre todo, a los predicadores, si no te has quejado ni has condenado a los perversos es más difícil que se metan contigo, claro. Y sucede a muchos niveles, por ejemplo, se defiende la escuela pública, se ataca de mala manera la concertada y luego se lleva a los niños a una de lo más elitistas de la ciudad o de fuera. Tienes muchos disgustos a lo largo de la vida, hace años supe que una pesuquera de culto, con un cargo en el ayuntamiento y muy visceral en sus condenas a la oposición, era de muy buena familia e iba al Liceo envuelta en pieles, cuando al Liceo se iba con las pieles, eso también ha cambiado, vaya. Y es que además de vivir bien, cierta izquierda, no disimula demasiado, la verdad.

Esas cosas pasan, somos humanos y humanas. Se atacan los enchufes hasta que se puede colocar al niño en un buen empleo gracias a los padrinos. En general, cuando te atacan te sales por la tangente, se ataca al contrario o se minimiza el pecado cometido. Es aquello de la paja en el ojo ajeno o de que, como decimos en catalán, cap geperut es veu el gep.

Albano Dante-Fachín, una persona con la cual se puede o no estar de acuerdo, pero que es, de momento,  de lo más lúcido, inteligente y coherente que tenemos por aquí escribió un twitter sobre el tema de la consulta a las bases sobre lo del chalet, que puede servir para hacer memoria a los olvidadizos de los temas verdaderamente importantes que pasar desapercibidos o casi:

Espero que la consulta de Irene y Pablo a las bases sea TRANSPARENTE y con posibilidad de AUDITORÍA y no como la consulta que se hizo para legitimar la destitución de la dirección catalana de Podem desde Madrid. Sin transparencia y sin auditoría. Salud.

Los comunistas de antaño, cuando les recriminabas que vivían muy bien -algunos- te argumentaban que luchaban para que todo el mundo tuviese lo necesario, lo que tenían ellos, se supone. En una ocasión, hace muchos años, una compañera de escuela, comunista de café, me contó que había ido a silbar a los convergentes que estaban podridos de dinero. A la que habían ido a silbar a lo bruto era a mi admirada profesora de Matemáticas de la Normal, María Rúbies, a la que su mismo partido dio muchos disgustos y que nos daba clases extras de forma voluntaria los sábados, incluso.

Le quise razonar que en el PSUC y en muchos partidos de izquierda había gente con bastante más dinerito que la profesora convergente. Y que eso era peor, pues ya sabemos que la derecha es mala y rica pero la izquierda debería ser buena, pobre y austera, vaya. Pero no me hizo caso ni me escuchó. Movernos en esquemas predeterminados parece que produce seguridad vital. Un caso de manual es el de esos cantantes que van de progresistas y que en los recitales, cobrados en oro, hablan de los problemas sociales e incluso, de vez en cuando, dedican algunos ingresos a los niños hambrientos del mundo pobre. Recogen un montón de aplausos, ya pasaba con los Beatles.

En fin, váyanse esa pareja a su torrecita en paz, que crien a sus niños en un sitio bonito y aireado, aunque me temo que eso de las urbanizaciones es una trampa rural que provoca muchos gastos en transporte y en construcción de carreteras secundarias, y que se deje en paz la vida privada de la gente, siempre, eso sí, que se paguen las casitas con su dinero, ganado, se supone, honradamente. Pero somos así, inquieta más que a la señora Cifuentes la pillasen con la crema que no los muchos casos de corrupción pepera, comprobados y poco aireados, considerando la gravedad del tema.

Mi barrio, Poble-sec, està hoy un poco de moda. Hace unos días me hizo unas preguntas sobre él una periodista de una tele local, me contó que unos amigos suyos vivieron en mi barrio hasta que tuvieron hijos y hubo que pensar en la escuela. Le argumenté que las escuelas de mi barrio, si lo sabré yo, están bastante bien. Me dijo que quizás ahora sí pero antes no, en fin, no sabía qué decirme. En el fondo, más de lo mismo, es bonito ser de izquierdas en teoría y andar por los barrios con sabor, pero a la hora de la verdad, queremos escuelas sin gente de fuera y de esas que venden humo pedagógico a las clases medias con aspiraciones. Los niños nos sirven de excusa casi para todo.


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