viernes, 14 de agosto de 2009

Albañiles y turistas de antaño


Ayer invité a mi hijo a ver la película La piel quemada. He hablado en mis otros blogs de esta interesante reposición, en el cine Alexandra de Barcelona, un cine que está intentado ofrecer buen cine en diversos horarios y con propuestas interesantes, como son las de ampliar la actividad cinéfila con un almuerzo o cena.

La piel quemada
es una película del año 1967, dirigida por Josep Maria Forn, que se ha pasado alguna vez por televisión. Cada vez que la veo percibo nuevos valores en ella, más todavía en la actualidad, cuando la nueva immigración globalizada nos enfrenta con problemas que parece que habíamos superado.

La película tiene además, ahora, un valor documental. Nos enseña el Lloret de Mar de la época, con aquel primer turismo y el choque cultural que representó, los sistemas de trabajo y pago de salarios de entonces, la situación de pobreza que se vivía en muchas zonas rurales de España, el peso de la moral religiosa, las reticencias de la sociedad catalana ante la llegada masiva de población con otras costumbres y otra manera de comportarse y relacionarse...

Tenemos poca memoria, parece que no nos gusta recordar el tiempo en qué fuímos pobres o en qué mirábamos a los más pobres que nosotros con reservas evidentes. La piel quemada narra, en paralelo, la situación de un albañil que espera la llegada de su familia desde Andalucía (en aquellos trenes borregueros de la época) y el viaje de esa familia, esposa, hermano y dos niños pequeños, perdidos en un mundo que no conocen, entre la ilusión por mejorar su situación, el miedo al cambio y la nostalgia de lo que queda atrás.

Lástima que la copia esté algo gastada y que el sonido sea un poco deficiente. Suele pasar con las buenas películas olvidadas que se recuperan de nuevo y que no forman parte de los circuitos habituales. Sin embargo, La piel quemada sigue siendo una inmensa película, que debería ser imprescindible para los jóvenes de hoy, que no la conocen. La pareja protagonista estaba interpretada por Antonio Iranzo, excelente actor valenciano que nos dejó en el 2003, y Marta May, gran actriz, esposa del director, con una mirada que dice mucho más de lo que se cuenta. Ambos tuvieron premios merecidos por su trabajo. Sin embargo hoy son, también, actores poco recordados. Somos un país bastante desagradecido.

La piel quemada tuvo problemas de censura por introducir algunas inocentes frases en catalán y un minidestape turístico, cosas de la época. En la película hay cameos de personajes com Salvador Escamilla o Jaume Picas, tan importantes en su tiempo para la recuperación de la cultura catalana.

He oído contar que existe una sola copia de la película y que por eso se proyecta, de momento, en un solo cine. Si eso es cierto, es una lástima. Espero que se pueda ver pronto 'más allá de Barcelona' o, por lo menos, en televisión, de nuevo. Con Surcos, de principios de los cincuenta, es de las mejores que se han realizado sobre la inmigración desde el campo a las zonas urbanas. Gracias a esta película y al libro de Candel Els altres catalans los autóctonos -hijos de inmigrantes más antiguos, en realidad- empezamos a contemplar a los recién llegados con una mirada muy distinta.

7 comentarios:

Gabriel Jaraba dijo...

En 1965 trabajé de mozo de hotel en la costa catalana y puedo asegurar que lo que cuenta Forn en La piel quemada, tan realista, se queda corto. La vi cuando se estrenó y me impresionó mucho. Detalle majo la aparición de Salvador Escamilla cantando Els comediants.

Júlia dijo...

Hola, Gabriel, todos conocíamos a alguien que había trabajado por allí o algún 'paleta' y, ciertamente, las historias darían para una serie. Yo tenía una tía en Palamós y en verano para hacer dinerito se iban con la familia a dormir a un cobertizo para 'fer calerets', alquilando su casa, que hizo bastantes, las cosas como son. Por cierto, Escamilla, que está super guapo no canta 'Els comediants' sinó otra canción poco conocida, por cierto. Al menos yo no la recordaba.

Francisco Ortiz dijo...

Si la memoria no me engaña, vi esa película en televisión hace años y aún no se me ha olvidado. Iranzo era un actor como la copa de un pino, injustamente olvidado, como Antonio Casal y tantos otros que eran inmensos actores, tan buenos como los que ahora triunfan en Hollywood y han salido de nuestro cine.
Ayer éramos pobres, dices. No: sigue la pobreza. Yo no me considero rico, sino más bien pobre. Y no tengo vergüenza en reconocerlo. Y mi corazón está con los míos. Allá cada cual con sus pretensiones y sus telarañas en los ojos.

torcuato dijo...

Yo tengo mucho que decir de esta pelicula, A) una familia oriunda de las cuevas de Guadix pueblo donde naci B) se rodo toda en lloret donde vivia en es epoca C) muchos nativos y vecinos de Lloret participaron como improvisados actores y extras en la pelicula,D) la caseta donde representa que fueron a vivir era de un amigo mio,E) ahora estoy dando unas charlas sobre inmigracion donde hablo de ls pelicula como ejemplo de la epoca. lastima que no he podido lograr material sobre la misma. Torcuato Lopez Burgos

Júlia dijo...

Francisco, sí, quizá aún somos pobres, pero bastante menos y, en general, hay muchas personas con poca memoria, a juzgar por los comentarios sobre los immigrantes de hoy que escucho por ahí.

Una gran película, hoy ya es un documental de visión obligada para las nuevas generaciones. Iranzo, un gran actor, aquí en estado de gracia.

Júlia dijo...

Torcuato, pues me alegro mucho de verte en mi blog, qué recuerdos tendrás! Gracias por entrar en mi blog!

Júlia dijo...

Por cierto, Torcuato, a causa del comentario sobre esta película que puse en mi blog en catalán me escribió muy amablemente la hija del director, si me mandas un email te indicaré el suyo, aunque quizá ya lo tengas, por si quieres reunir más material.

el mío: jcostacod@gmail.com