CANCIÓN
Cuando la luz de la tarde
en occidente se apaga,
y la reina de las sombras
con ligero paso avanza;
En esas horas tranquilas,
inspiradoras del alma;
cuando en las alas del viento
el silencio se derrama;
Cuando la tórtola dulce
lánguido suspiro exhala
con acento lastimero
recogida entre las ramas.
A aliviar voy mis cuidados
a la orilla solitaria
de un pacífico arroyuelo,
que entre fresnos se dilata.
Y vagando pensativa
por la arboleda callada,
sueño dichas venideras,
o canto las ya pasadas.
Y comparo al manso río
mi existencia sosegada.
Él rueda blando entre flores;
ella entre ilusiones blanda.
En un blog que tengo en catalán, Tèrbol Atzur, cuyo nombre he sacado de un poema de Maria Mercè Marçal, gran poeta desaparecida de forma prematura, voy recogiendo aportaciones de las mujeres a la poesia en catalán. Todo empezó en una ocasión en la que tuve que preparar una charla sobre literatura y me di cuenta de cómo costaba encontrar las publicaciones o las referencias a autoras, incluso actuales. En castellano ocurre lo mismo, hay cuatro, cinco nombres canónicos y un gran volumen de poetisas poco conocidas. Hace un tiempo encontré un volumen publicado de forma muy discreta que recoge aportaciones de autoras femeninas a la Renaixença mallorquina. Muchas de esas señoras empezaron escribiendo en castellano y después lo hicieron en catalán o simultanearon las dos lenguas.
La realidad es que, a igual calidad, es mucho menos conocida la obra de las damas. Carolina Coronado es uno de esos casos que las antiguas antologías mencionaban a menudo pero que hoy es prácticamente desconocida. Coronado fue comparada a Bécquer, era una mujer bellísima, Espronceda, extremeño como ella le dedicó un poema ardiente cuando tenía ella tenía trece años y ya escribía poemas.
Dicen que tienes trece primaveras
y eres portento de hermosura ya,
y eres portento de hermosura ya,
y que en tus grandes ojos reverberas
la lumbre de los astros inmortal.
Juro a tus plantas que insensato he sido
de placer en placer corriendo en pos,
cuando en el mismo valle hemos nacido,
niña gentil, para adorarnos, dos.
Torrentes brota de armonía el alma;
huyamos a los bosques a cantar.
Dénos la sombra tu inocente palma,
y reposo tu virgen soledad.
Mas ¡ay! perdona virginal capullo,
cierra tu cáliz a mi loco amor.
Que nacimos de un aura al mismo arrullo,
para ser, yo el insecto, tú la flor.
Nos ha quedado en el imaginario el estupendo retrato de Madrazo desde el cual la escritora nos contempla desde el pasado. Se casó bien, con un diplomático americano, aunque, dicen, anteriormente había tenido un amor juvenil que podría, incluso, ser imaginario. Era muy sensible, cataléptica, de joven tuvo un episodio dramático pues la consideraron muerta sin estarlo. Quizá este hecho contribuyó a que fuese reticente a enterrar a sus difuntos. Al marido, embalsamado, lo tenía en el oratorio del palacete familiar y cuentan que el servicio, haciendo gala del mejor humor negro hispánico lo apodaba el silencioso. El cadáver de una hija estaba también guardado en un armario de su casa.
Tuvo problemas mentales pero murió muy mayor, en Lisboa, el año 1911, en una posición económica harto precaria. Los extremeños la recuerdan, sin embargo, e incluso en Cornellá existe una activa asociación cultural que lleva su nombre, promovida por mujeres de origen extremeño. Fue tía de Ramón Gómez de la Serna, el cual tuvo una compañera, Carmen de Burgos, que pasó injustamente a la historia como amante del escritor cuando ella misma fue una intelectual de primera categoría con una personalidad arrolladora.
En otros país ya hubiesen hecho una serie con esas historias entre intelectuales y góticas, poéticas, románticas y situadas en un siglo convulso y complicado. La mayoría de esas escritoras decimonónicas eran damas conservadoras, burguesas, poco rebeldes, cierto, nada parecido a George Sand, que yo sepa, pero hay que pensar de qué sociedad hablamos en la cual a la Regenta de Clarín incluso le prohiben escribir poesías... a la Virgen.
AL OTOÑO
Presurosas huyeron
las horas del verano caluroso:
del álamo frondoso
las hojas se cayeron:
otra estación mi vida
cuenta en quejas inútiles perdida.
El tibio sol de octubre
la cabellera blanquecina tiende,
y sus hebras desprende
con que la tierra cubre,
ya que negros vapores
no absorban sus escasos resplandores.
Si el turbio remolino
de la copiosa lluvia espacio deja
a su rubia guedeja;
si en medio su camino
espesa niebla fría
la luz no roba que a la tierra envía;
Ora os recuerdo triste,
del verano risueñas alboradas,
ora noches templadas,
y a ti que apareciste
tres veces en la esfera,
luna, en la noche lúcida viajera.
¡Ay! ¡cómo desparecen
los más bellos encantos de la vida!
¡Cómo desprevenida,
sólo cuando perecen
el alma los conoce
para llorar su malogrado goce!
Así la primavera
pasará de mis años presurosa,
y aguardando ambiciosa
la dicha venidera,
de este bien que ora pierdo
penoso en la vejez será el recuerdo.
Volveré tristemente
los ojos hacia el tiempo desdeñado,
y como del pasado
verano el dulce ambiente,
su sol, su luna y flores,
recordaré mi juventud y amores.
las horas del verano caluroso:
del álamo frondoso
las hojas se cayeron:
otra estación mi vida
cuenta en quejas inútiles perdida.
El tibio sol de octubre
la cabellera blanquecina tiende,
y sus hebras desprende
con que la tierra cubre,
ya que negros vapores
no absorban sus escasos resplandores.
Si el turbio remolino
de la copiosa lluvia espacio deja
a su rubia guedeja;
si en medio su camino
espesa niebla fría
la luz no roba que a la tierra envía;
Ora os recuerdo triste,
del verano risueñas alboradas,
ora noches templadas,
y a ti que apareciste
tres veces en la esfera,
luna, en la noche lúcida viajera.
¡Ay! ¡cómo desparecen
los más bellos encantos de la vida!
¡Cómo desprevenida,
sólo cuando perecen
el alma los conoce
para llorar su malogrado goce!
Así la primavera
pasará de mis años presurosa,
y aguardando ambiciosa
la dicha venidera,
de este bien que ora pierdo
penoso en la vejez será el recuerdo.
Volveré tristemente
los ojos hacia el tiempo desdeñado,
y como del pasado
verano el dulce ambiente,
su sol, su luna y flores,
recordaré mi juventud y amores.
7 comentarios:
Que importantes los aportes femeninos a la poesía de nuestro país. La poesía no seria lo mismo sin estos aportes.
Un saludo.
Así es, pero, por desgracia, a igual calidad menos promoción.
Ay, Júlia, que entrada más bonita, y que merecido homenaje... Carolina Coronado es efectivamente una dama olvidada. Siempre ocurren estas cosas con el canon, gente que entra y no debiera, gente que nunca entró de forma inmerecida.
Bueno, la poesía de CC no me gusta, la verdad, tiene esa hojarasca romántica, pero tampoco me gusta Zorrilla por lo mismo, y míralo...
Y Carmen de Burgos, la mítica Colombine... es cierto, mujer de, en lugar de ocupar el lugar que le corresponde.
Una abraçada, que no sabia que tenies un bloc en català, haurem d'anar-hi. I més si té alguna relació amb MMM (coi, avui la cosa va d'inicials, de CC a MMM). Per cert, coneixes la versió musicada per la Sílvia Pérez Cruz del poema covava l'ou de la mort blanca? Excels...
Eastriver, tinc tres blogs en català, un de generalista, un de poesia de dones, un del barri del Poble-sec, aquest en castellà i un en català sobre història.
Em sembla que els tinc tots linkats en aquest.
La poesia romàntica té les seves característiques però en d'altres països no la menystenen tant, només cal veure la peli sobre Keats que fan ara.
Amb la Montse ens coneixem de fa anys, supos que et refereixes a ella, de quan estudiàvem a la uoc.
No conec la versió que em dius, ara la buscaré.
Ep, i un dedicat a la meva obra literària, tinc alguna cosa publicada en català, novel·la i poesia.
Os dejo una musicalización de "Cuando la luz de la tarde", uno de sus más bellos poemas:
https://www.youtube.com/watch?v=SMY1VVE2kXY&t=1s
Interesante, Juan.
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