lunes, 9 de julio de 2012

Leer, es bueno o malo?


Es cierto que no se deben vender tantos libros como antes. El libro, como objeto, ha perdido valor en estos últimos años. Sin embargo eso no quiere decir que se lea menos. En este país nunca se ha leído en exceso, cierto, pero creo que hemos mejorado, aunque poco. Leer tampoco no es un valor absoluto, se pueden leer memeces y tonterías. Incluso libros nazis.

Las personas que se quejan de que no se lee, a menudo son personas que escriben o editan. En realidad quieren decir que no se vende, no que no se lea. Se lee mucho, nuestro mundo del presente está centrado precisamente en el leer y el escribir, sin esas habilidades hoy sería muy difícil sobrevivir. Sin embargo nuestros antepasados, hasta hace poco más de una generación, podían vivir, sobrevivir, trabajar, sufrir y gozar siendo analfabetos, palabra que se volvió un insulto cuando la lectura y la escritura empezaron a ser una necesidad vital, social y profesional. Y política. Y religiosa.

No hay que olvidar que la alfabetización ha sido un buen instrumento de adoctrinamiento. Se iba a doctrina a aprender de letra, como recuerdan muchas canciones tradicionales -las chicas también a costura-   y lo que venía escrito en un libro tenía, de entrada, cierta garantía de seriedad. No fueron sólo las religiones las que quisieron controlar el tema, todas las ideologías con tendencia al totalitarismo han dogmatizado a través de libros y aulas diversas.

Las bibliotecas, al menos en Barcelona y su área de influencia, han aumentado de forma exponencial en pocas décadas y ofrecen un servicio excelente y gratuito, una gratuidad que quizá debiera matizarse en los tiempos que corren, pero que levanta ampollas si se toca. Las librerías de ocasión ofrecen muy buenos volúmenes a precios tirados. Cuando vacías un piso casi nadie quiere tus libros. Cuando un escritor no mediático tiene en alguna editorial restos de serie, restos que tienen, como mucho, dos o tres años,  recibe un aviso que le conmina a retirar sus fondos, que van a ser destruidos sin piedad. Se sabe que más de un noventa por ciento de todo lo que se publica en formato de libro tradicional va a reciclarse en pasta de papel en poco más de tres años.

Hay que contar con todo eso. Se vende poco y por ello es cada vez más y más difícil publicar si no sales por la tele y, aún así, debes hacerlo con cierta frecuencia. Ya no importa que un libro sea o no interesante, ha de ser vendible. En poco más de dos meses está sentenciado a la desaparición de los anaqueles comerciales. Como con la ropa, el mercado precisa variación, novedades, incluso volver a mostrar lo antiguo aparentando que es una novedad. La gente se lo piensa mucho antes de comprar un libro de actualidad y gastarse veinte, treinta euros. Además, muchas novedades se presentan como maravillas y luego nos decepcionan. Hay muchos recursos, cubiertas bonitas, títulos engañosos, tipografías modernas. Los clásicos de siempre se pueden encontrar a precios baratísimos, también en internet. 


El libro digital es un buen instrumento, a pesar de los nostálgicos que creen que lo pasado siempre es mejor y tienen sacralizado el libro convencional, olvidando que los romanos y griegos no usaban el formato actual, por ejemplo. Una cosa es el contenido y la otra el objeto.Y el contenido se podría transmitir, incluso, de forma oral.  Al generalizarse el uso de la imprenta hubo quién se echó las manos a la cabeza, escribiendo las cosas se perdería memoria. Y de hecho, así fue. Hoy nadie podría salir del teatro pudiendo repetir toda la obra de memoria, con algunos errores, claro, cosa que el Siglo de Oro era bastante frecuente.  Ha pasado algo parecido con el cálculo mental y las calculadoras o con la democratización de los instrumentos musicales, hoy pocos lloraría leyendo una partitura y no podemos entender como un músico muy bueno podía ser sordo  y no tener piano propio. La comodidad es importante, pero hay que tener en cuenta que todos los cambios han comportado pérdidas.

El editor vocacional que busca un buen autor y no prioriza el beneficio ha pasado a la historia. Alguno queda por ahí, claro. De vez en cuando personas inquietas montan un nuevo grupo editorial que a veces muere de éxito y es absorbido por los grandes, hoy Planeta y poco más. El libro en catalán que tenía su pequeño reducto también ha sido abducido por la comercialidad, es fácil, hoy, sacar un volumen en castellano y catalán al mismo tiempo. En las ferias y semanas del llibre en català encontrabas viejas ediciones amarillentas y olvidadas pero eso ya pasó a la historia. Los grandes y las novedades se lo comen casi todo.

Todo cambia y cambiará. Muchas veces los lamentos de determinados sectores esconden elitismos, intereses comerciales y melancolías ligadas al paso inevitable del tiempo. Hoy escribe mucha más gente, tanta o más de la que lee. El libro es un instrumento más que, como todos, puede ser bueno, malo o irrelevante. Hay quién se pone nervioso al ver tanta juventud jugando con sus portátiles, sus teléfonos que hacen de todo, en lugar de leer, en el metro. Pero también esos jóvenes están escribiendo, sin saberlo, su novela, su libro, o jugando a los apalabrados, un recurso interesante y educativo, nos guste o no. Dice Galdós en Fortunata y Jacinta que donde va un hombre va su novela. Porque, claro, parece que hay que leer novela o poesía, todo lo demás es... otra cosa.


8 comentarios:

Lluís Bosch dijo...

Justamente hace dos días comentaba a un poeta que hasta ahora se había difundido por internet (y con pintadas en la calle) pero que ha decidido autoeditarse (como otros tantos poetas). De modo que la evolución del libro y de la lectura me parece imposible de predecir.
Parece que el papel es visto como algo mas prestigioso (o sólo más tangible?). Y no hay que olvidar que no todo el planeta está conectado a internet ni dispone de e-books, de modo que en una gran parte de la Tierra en realidad no hay debate: los lectores leen libros y ya está.

Júlia dijo...

Bueno, eso no esta tan claro. Leen libros si los tienen y los que les llegan y internet está mucho más extendido de lo que pensamos.

Júlia dijo...

La autoedición es todo otro tema del cual habría que hablar en profundidad, en el fondo responde a nuestra propia vanidad de querer ver nuestra obra en papel, yo también he pensado en hacerlo.Sin embargo pide una inversión, se puede hacer con libros relativamente breves -es más difícil y caro con novelas- y tropieza con el problema de la difusión.

No soluciona la manera de hacer llegar la obra a mucha gente, en todo caso debes moverte entre amigos,presentaciones y cosas así, pide un gran esfuerzo.

La verdad es que muchos autores de 'prestigio' en realidad hoy se pagan también sus ediciones o una parte de ellas en las grandes editoriales, no se sabe o se sabe a medias, su ventaja es contar con cierta promoción asegurada.

Como en todo, siempre salen perjudicados los autores con pocas posibilidades económicas o con'relaciones mediáticas', la autoedición sirve para uno mismo pero no para tener más oportunidades.

Sin embargo, en general, no está el horno para bollos y el sector no se sabe como evolucionará, en todo caso no me gusta sacralizar libros ni lectura de forma absoluta.

Júlia dijo...

También hace que muchas editoriales de poca monta o chiringuitos diversos jueguen con las ilusiones de los autores, hay que mirar mucho dónde nos metemos.

Júlia dijo...

quería decir 'sin relaciones mediáticas'.

Eastriver dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo.

Por un lado siento lo que está ocurriendo con las viejas librerías. Ayer me comentaban que la mítica Robafaves de Mataró está languideciendo con una deuda terrible. Esa es la verdadera lástima, porque tener una librería cerca es como tener una biblioteca: hay infinidad de cosas que son cultura viva y que no están en la red. Si cierran una librería de amplio fondo están cerrando un poco el acceso a la cultura específica de muchos.

Por lo demás, está claro que una cosa es el texto y otra el formato. Elk e-book me parece un buen producto, pero hay poca cosa aún. Tengo unos 12.500 libros en e-book, y parece que hablar de escasez sea inapropiado. No lo es: hay mucha cosa pero no está todo. Y a menudo está lo más famoso, los mil best-sellers, pero no una buena edición de un diccionario etimológico, por decir algo. (A més, afegeixo que entre els 12.500 llibres que tinc n'hi ha set o vui en català... No hi ha e-books clàssics en català, o jo no els he sabut trobar).

Por lo demás, pues claro , no todo es novela y poesía. Es más, confieso que estoy muy harto de la novela. Por mis estudios leí mucha novela durante unos años, y hoy me cuesta mucho encontrar algo que me atrape (no diré enganche, que es un verbo espantoso). Leo poca novela, pero leo mucho, mucho. Suele ocurrir, la mayoría no lee casi nada, y el resto lee mucho. ¿Significa eso que todo lo que leo sea canela en rama? Pues no, confesaré que la cantidad no siempre va relacionada con la calidad, y si bien es cierto que leo mucho también lo es que no todo lo que leo es Dostoievski por un decir. Pero bueno, supongo que siempre ha sido así. Y si no lo ha sido, me da exactamente igual. Uno ya está harto que leer sea sinónimo de opositar: leer debería ser sinónimo de vivir.

Júlia dijo...

EASTRIVER, en català sempre hi ha menys de tot i en castellà sempre hi haurà menys que no pas en anglès, al capdavall els números canten, ens agradi o no, i considerant el nombre de catalans que 'militen literàriament' en aquesta llengua, deunidó el que hi ha.

Jo crec que la culpa del fet que, amb els anys, la novel·la ja no agradi tant, és pel fet que quan ets jove tot es nou i no saps les influències o 'copiades' que hi ha en els arguments, després ja et costa trobar quelcom original.

De fet, de bons llibres n'hi ha pocs, el que passa és que els antics ja ens han arribat 'filtrats' però repassant el que sortia durant el segle XIX i fins a mitjans del XX, s'entén que la visió sigui esbiaixada.

La lectura té moltes funcions, com el cinema, una és la distracció pura i dura, sense buscar tres peus al gat, i per això hi ha un llibre per a cada moment i potser el que ens agrada avui no ens agradarà demà, i a l'inrevés.

Veiga dijo...

Me gustó tu blog.
Aprovecho esta oportunidad para invitarle a mi blog, es http://www.devaneiosdevida.blogspot.com/ multemático porque me gusta hablar un poco de todo y disfrutar y ver algunas fotos de este país pequeño pero grande en el alma que es Portugal. Será fácil de entender por qué el español y el portugués son similares. Puedes comentar en español los post

saludos