El gran programa estrella de nuestro tiempo es la tertulia más o menos seria, a menudo en el marco de un magazine en el cual se pasa de hablar de los problemas econòmicos a las películas de estreno, del cáncer de colon a la última película de Almodóvar y de un desfile de alta costura, con modelos anoréxicas y cara de garbanzos atrasaos, a la preparación de algún plato de cocina saludable pasando por la intervención inevitable de algunos graciosos o graciosas más o menos brillantes e incisivos.
La tertulia no es debate, es una charla informal sobre temas diversos, muchos de los cuales absolutamente serios. En estos últimos tiempos el tema estrella de los programas estrella es la crisis económica. Una lista de los participantes en las tertulias que sigo de vez en cuando, normalmente las de los medios de comunicación catalanes, aunque a veces también transito por el resto de canales hispánicos visibles, resultaría bastante limitada. Siempre son los mismos y las mismas, profesionales del periodismo, politólogos e incluso filósofos. De forma ocasional dejan entrar algún elemento nuevo y uno de antiguo desaparece pero, en general, te encuentras la misma gente por todas partes, en radios y teles.
Me pregunto cuando leen o estudian o trabajan todos ellos, teniendo tanto trabajo asistiendo a las tertulias. De hecho, escribir deben escribir, ya que para Sant Jordi todos esos tertulianos publican y promocionan su libro, aprovechando los años mediáticos, que todos somos humanos. Opinan de todo, de cualquier tema de actualidad que comporte audiencia segura. Si en alguno de esos temas sabes algo más que la mediana, a causa de tu profesión -en mi caso pasaría con el tema educativo- te das cuenta de lo poco que saben todos ellos de nada. Sin embargo son brillantes, convincentes, contradictorios. Juegan un papel, los hay de derechas o más conservadores y de izquierdas, en ocasiones discuten de forma enconada, se interrumpen, gritan más de la cuenta, la moderación que debería ejercer el presentador o presentadora a menudo es inexistente, parece que no está de moda dar palabras, controlar el tiempo de intervención, hacer hablar a los más discretos. En cualquier reunión informal de mi barrio hay más seriedad al hablar de lo que sea que en esos platós ante los cuales hay alguien de prestigio que, sin embargo, a veces parece incluso que se divierte de lo lindo cuando hay tomate.
Por más que discutan entre ellos sabes que luego se irán a comer juntos y que quizás en la intimidad son amigos de toda la vida. De eso nos dimos cuenta cuando se empezaron a divulgar aquellos suquets de peix veraniegos a los que asistía la crème de la crème i también los que no hubiesen soñado nunca ser de ninguna crème hasta que accedieron, a veces de forma azarosa, a un cargo público de cierto prestigio o consiguieron un éxito profesional inesperado en algún campo mediático.
No todo es economía. Los espacios sobre fútbol son más absurdos que los espaciós sobre amoríos de famosos, conocidos y saludados. Una noche en qué me desvelé me di cuenta del gran tanto por ciento de emisoras de radio que en aquella franja horaria se dedican a especular y juzgar cuestiones de balón y pelota, normalmente relacionadas sólo con Barça y Madrid, claro. ¿Hay alguien más? Si fa no fa como en política, unos, otros y poca cosa en medio y en los extremos. Lo del fútbol es casi surrealista, saben lo que piensan los entrenadores, lo que murmuran los jugadores en la intimidad, las intenciones ocultas tras cualquier inocente comentario de algún implicado pillado en falta. Me pregunto como nada puede ir mal con tanto experto. Me pregunto como, teniendo tantas soluciones para todos los problemas, políticos y deportivos, las cosas no siempre funcionan. Los expertos sabían qué iba a pasar, qué pasó, qué pasará, que debe hacer el gobierno, qué debe hacer Guardiola y con quien almuerza el señor Mas cuando no lo vemos. Sabían todo lo que hacía el rey antes de qué nos enterásemos el resto de los anónimos súbditos. De todo eso que ya sabían no nos dijeron nada hasta que todo el mundo lo supo, claro. De la crisis, económica, tampoco. En el fondo, incluso con los que más critican cultivan, a la hora de la verdad, el buen rollo, ya que no sabes nunca quién te va a dar trabajo en caso de necesidad.
Por ir a tertulias de ciertas radios y teles, las de más audiencia, se cobra, claro. El precio depende de la persona, pero hay unos ciertos baremos establecidos que, para una persona normalita, no están nada mal. Todos los expertos pluriempleados que claman, en esas tertulias, contra el paro y los recortes, deberían renunciar al sobresueldo de su participación y promocionar gente anónima sin trabajo que, me temo, podría opinar más o menos lo que opinan ellos con una mínima preparación y leyendo cada día un resumen de prensa por internet.
De hecho, hay también hoy mucha gente con estudios en el paro, no solamente quatre arreplegats sin base teórica. De periodistas jóvenes, un montón. Es una sugerencia y es que a mi, que no voy a tertulias pero que tertulianeo sola en mis blogs, también se me ocurren soluciones prácticas de vez en cuando. Soluciones para la vida cotidiana, a niveles más elevados no tengo ni idea de lo que hay qué hacer, ni como, ni de qué manera, la verdad. Aunque me temo que los parados promocionados, a no ser que se abriese una convocatoria pública y transparente, serían seguramente los hijos, los sobrinos, los nietos y los ahijados de los tertulianos actuales.
De hecho, hay también hoy mucha gente con estudios en el paro, no solamente quatre arreplegats sin base teórica. De periodistas jóvenes, un montón. Es una sugerencia y es que a mi, que no voy a tertulias pero que tertulianeo sola en mis blogs, también se me ocurren soluciones prácticas de vez en cuando. Soluciones para la vida cotidiana, a niveles más elevados no tengo ni idea de lo que hay qué hacer, ni como, ni de qué manera, la verdad. Aunque me temo que los parados promocionados, a no ser que se abriese una convocatoria pública y transparente, serían seguramente los hijos, los sobrinos, los nietos y los ahijados de los tertulianos actuales.
4 comentarios:
Uno de los casos paradigmáticos es Pilar Rahola, sin duda. Uno se queda pasmado con la vertiente impresa de la tertulia, que es la columnita en el periódico. Lo conoce todo y tiene opinión formada de todo, aparte que sermonea y se permite decir qué debemos pensar, comer y decir. Y por supuesto a quién debemos votar, aplaudir.
También cuenta que en conflicto entre Israel y Palestina sólo hay un malo, ya que el estado de Israel es bueno por definición, ya que los judíos son buena gente (tal como demuestran en cada nuevo bombardeo, por ejemplo).
Tienes razón en que, si decidieran renovar a los tertulianos, sería para colocar a sus hijos o sobrinos. Incluso en ese ámbito empieza a ser necesaria una buena limpieza a fondo.
Pilar Rahola és todo un personaje, efectivamente, con una extraña trayectoria que pasó por Esquerra Republicana, una vez Josep Cuní le dijo: eras de un partido que no votabas ni tu. Y ella sonrió y dijo: no te digo que no. En aquella época protagonizó un incidente cuando le pusieron una multa y se puso en plan chulo, 'no sabe con quién está hablando'.
Es también brillante en algunos aspectos, tiene su culturilla y como a veces dice lo que queremos oir, la odiábamos y nos vuelve a caer bien, como pasaba con otro que no llegó a tanta tertulianería por excesivo, Salvador Sostres.
Recuerdo que cuando entro en Esquerra alguien comentó que había estado de joven un tiempo en Madrid haciendo no sé qué,pues ha hecho muchas cosas, y allí era anticatalanista, cosa que hacía enfadar mucho a gente como Pedrolo.
El tema de Israel y Palestina es otra cosa y esas simplificaciones por un lado o por otro siempre son muy parciales, más allá de entrar en ello estoy segura que si los palestinos invitan a Rahola a hacer un programa de televisión o a escribir un libro, y conoce un día a algunos que le sirven para algo y le hacen la pelota cambiará de opinión rápidamente.
Rahola es tan surrealista que me parece incluso menos peligrosa que muchos tertulianos supuestamente 'serios' y también habituales, considerados gurús incuestionables. Se le ve mucho el 'plumero', al menos a los que ya tenemos añitos y la hemos ido viendo en acción.
El nepotismo en política y en todo, el amiguismo generalizado, del cual no nos curamos, es una de las miserias 'de casa'. Incluso a niveles pequeños.Ya hace años el concejal socialista de un pueblo de la provincia de Barcelona, mediano, un sindicalista, nos explicó en un camping que ahora se retiraba pero se ponía su hijo, 'para que se ponga otro...', añadió.
En muchos trabajos se contrata al pariente o al conocido antes que a personas válidas y así va todo. En política, lo mismo. En el pueblo -pequeño- de mi padre se iban sucediendo los médicos de una misma generación hasta que un concurso más honrado colocó a otro que no era de la saga.
La falta de trabajo hace que ese tema funcione mucho más. Además, ya vivimos creyendo que sin enchufes no funciona nada. Yo obtuve mi plaza de maestra, hace muchos años, sin conocidos ni recomendaciones, parece que no tanto en Catalunya, pero que en el resto de España el tema era escandaloso, más de una vez maestras hispánicas me habían comentado: algún conocido tendrías.
Se buscaban enchufes para la mili, para tener un piso de La Caixa, para todo, sin ningún tipo de dignidad. Entiendo que se haga en caso de necesidad pero no de forma tan absoluta e indigna.
No hemos mejorado mucho. Se funciona por amiguismo en la universidad, en el trabajo, incluso en los sindicatos. No me parece mal que se coloque a alguien que vale y que es conocido en algún lugar, lo peor es que se coloque gente perezosa, inepta, desmotivada. Un país no puede funcionar bien con ese sistema.
Quizá pase un poco en todo el arco mediterráneo, Sarkozy creo que colocó a un hijo suyo no sé donde, cosa que provocó protestas, esa es la diferencia, aquí lo vemos normal y pensamos que 'todos lo haríamos si pudiésemos'. Como no pagar impuestos o colarnos en el cine, vaya.
Pues a mi Rahola me parece de lo más serio que hay, sobre todo sus artículos en la Vanguardia. En el tema del islamismo radical, es una experta, porque lleva años con el tema. Y con la cuestión de Israel-Palestina, se puede estar o no de acuerdo con ella, pero sabe de que habla. Aconsejo un libro titulado "Atrapados en la discordia", que es un dialogo con Tomás Alcoverro, donde se ven las dos posturas muy brillantes los dos.
Por otro lado, yo o veo nada extraño en ella. Es una mujer heterodoxa, que va por libre, y que tiene opinión propia en temas conflictivos. Eso me parec bien, incluso cuando no coincido. Y es culturalmente sólida, lo cual no abunda.
Ah, y un apunte, siempre fue catalanista. Pod IOS, poner en duda es no conocer a toda su fa,ilia, con abuelos fusilados y exilio por defender A Cataluña. Ya ven, tanto hablar de los tertulianos, y lo mas frívolos somos nosotros. Cuantas tonterías se dicen en un post, y bajo anonimato!!!
Jordi, nadie ha dicho nada bajo anonimato, aquí los habituales nos conocemos todos de sobra.
Sobre Rahola y sobre cualquiera, los abuelos pueden ser tan dignos y respetables como se quiera, nadie lo pone en duda. La cultura no se la niego aunque la definición de qué es o no es cultura nos llevaría muy allá,pues existen miles.
Heterodoxa, evidentemente. Otra cosa es que me temo que no has seguido demasiado su trayectoría, en la época de Esquerra Republicana se lució y lo que digo sobre sus posturas juveniles que irritaban a gente como Pedrolo, lo mismo. Como todo el mundo, ha madurado en muchos aspectos. Pero es la típica tertuliana con coartada cultural de nuestro tiempo que avasalla, no deja hablar demasiado al contrario y se apunta a un bombardeo, ha pasado por todo tipo de programas televisivos, aunque ahora parece algo más exigente. Habló de su presencia en televisión, más que nada.
El incidente de la multa es rigurosamente histórico, el tema de Israel y Palestina es otro tema y cada cual puede opinar como le parezca, incluso no opinar.
En todo caso el post hacía referencia, en general, a las tertulias actuales, donde hay más bien rifirrafes que intercambio serio de opiniones.
Publicar un comentario